Ubicada en el popular Barrio Alto de Loja se encuentra la Iglesia de Santa Catalina, sede de la Cofradía del Santísimo Cristo de Los Favores y de la Hermandad de la Santísima Virgen de los Dolores.
Por Orden expresa de los Reyes Católicos, debió llamarse de Santiago, aunque lo cierto, es que, se comenzó a construir en la segunda década del siglo XVI, con la traza de Rodrigo Hernández y el nombre de la Concepción. Es posible que existiese previamente una ermita o capilla con ese nombre, levantada por D.Álvaro de Luna. Se llamó indistintamente de la Concepción o de Santa Catalina hasta 1570, cuando se hace la demarcación parroquial y definitivamente se llama de Santa Catalina.
Comenzadas las obras por Ximena, se coloca la techumbre en 1538, por el maestro Castillo, de estilo mudéjar. Juan de Cubillana trabajó en la clavazón y Diego de Santiago en la cerrajería; Miguel y Gabriel Martín, en la carpintería; Antón de Vargas, Trueva, Miguel Sánchez e Irureta en la pintura, y Diego de Valladolid, hace una custodia de plata.
En 1539 se libró al maestro Ximena, la cantidad de 6400 maravedíes, por la colocación de azulejos en la capilla mayor.
En 1727, se instala un retablo barroco, de estilo churrigueresco. Constaba de cuatro cuerpos, con pedestales y repisas, en las que descansaban imágenes de Santa Catalina y San Nicolás de Bari, atribuidas a Bernardo de Mora; una hornacina con la imagen del Sagrado Corazón, colocado en 1903, obra de José Ojeda y, en el primero y tercer cuerpo, varios cuadros de gran mérito, atribuidos algunos a Risueño; sobre el último, se levantaba la coronación que llegaba hasta la techumbre. Este retablo fue costeado con el dinero recaudado en dos corridas de toros.
Después del incendio de 1936, sólo quedaron los muros y torre, siendo párroco don Ramón Sola Caro, y coadjuntor don José Jiménez Reyes. En 1942 se creó la Junta Parroquial para su reconstrucción, que presidió el nuevo párroco don Antonio Bayo González. Comenzaron las obras en Septiembre de dicho año y terminaron en Noviembre de 1947, interviniendo los albañiles Enrique Curiel, Antonio Calle y Antonio Muñoz; el pintor Marciano Molina y sus hijos; el carpintero José Alguacil, el escultor José Gálvez, el peón Miguel García y otros, todos bajo la dirección del arquitecto Fernando Wihelmi Manzano.
Ocupa el templo una extensión de 34,27mts por 20,62; de estilo ojival en su interior; capilla mayor, nave central y capillas laterales comunicadas; techumbre de estilo mudéjar y torre adosada al lado izquierdo de la cabecera, con base cuadrangular de 5,19 mts. de lado y 32,18 metros de altura, campanario, balcones y veletal.
En la capilla mayor, sobre el altar, tabernáculo similar al de la Encarnación, que sirvió de modelo en 1945, revestido de mármol crema y blanco, con dieciséis columnas en grupos de a cuatro, de basas doradas; cúpula de yeso y estructura de madera imitando piedra, proyectada por el Sr. Wihelmi.
En el muro frontal, donde estuvo el valioso retablo churrigueresco hasta 1936, imagen de Santa Catalina, obra del escultor don Eduardo Espinosa Cuadros, sobre artístico pedestal labrado por don José Alguacil Daza, conforme a dibujo de don José Gálvez.
La nave central está a un nivel inferior de las capillas laterales, ocupas todas por imágenes recientes y donadas por la feligresía. La imagen del Stmo. Cristo de los Favores se encuentra en la tercera capilla de la derecha sobre retablo del Nicolás Prados López. A los pies sobre, sobre gran arco, el coro con balustrada de madera. Portada de piedra, con escudo de Isabel II.
En 1956 se coloca mosaico en la parte izquierda de la entrada, de estilo sevillano con la imagen del Stmo. Cristo de los Favores.
La última restauración realizada en esta iglesia, se produce en el año 1988, al desprenderse parte del alerón del tejado del testero sur. Tras el oportuno reconocimiento y peritaje se procede a la limpieza y restauración de la torre, campanario y cúpula, refuerzo de algunos muros y reposición total de la recubierta. Al realizar los desescombros se descubrieron una tablas de estilo mudejar del artesonado original de 1538. Se trata de tablas pintadas con adornos vegetales con los colores verde y bermellón.
Información obtenida del libro: » Noticias Históricas de la Ciudad de Loja. 2ª Edición Actualizada, Tomo I. Autores: Rafael del Rosal Pauli y Fernando Derqui del Rosal «
